lunes, 6 de diciembre de 2010

Walking Contradiction

Y cuando era más chica pensaba que a esta altura de mi vida tendría las cosas más o menos resueltas…que ingenua. Soy como la canción de Green Day, a walking contradiction.
Tengo 28 años pero me rehuso a crecer. En definitiva, que es crecer, madurar, sentar cabeza? Si crecer es tener una vida modelo, casada, con hijos y vacaciones en Santa Teresita todos los veranos, quiero seguir siendo una adolescente.
En la contratapa del disco de Pulp, This is Hardcore, Jarvis Cocker escribe lo siguiente:
“It´s ok to grow up, just as long as you don´t grow old. Face it: you´re young”.
Y si bien esta es mi frase de cabecera, me provoca muchos sentimientos encontrados: Esta bien crecer, pero no volverse un viejo. Soy joven. Soy joven? Pero ya tengo 28! La sociedad me pide que siente cabeza y deje de boludear. Será que tengo que crecer?
No puedo seguir escuchando Green Day como cuando tenía 17, emborracharme en un bar y hacer papelones en la calle, irme de vacaciones sola con mi mochila, y usar jeans y Topper? En serio que no? Tengo que encontrar si o si un buen chico, de su casa, ponerme de novio y casarme de blanco, como las vírgenes? Además de aburrido y cliché, es bastante hipócrita casarse de blanco…
Es bastante al pedo casarse, en definitiva. Como si un papel, un anillo e hijos te aseguraran simultáneamente la felicidad y el amor eterno de tu cónyuge para con vos. JA! Muy por el contrario…
La sociedad te hace, en cierta forma, sentirte culpable o, al menos, “rara” si no cumplís con estos mandatos sociales. Y te preguntan:
“Y como no tenés novio?????”.
Y esa pregunta es una mezcla de preocupación y de advertencia, algo así como “Vos fijate nena…debes estar haciendo algo mal”.
Otros te tildan de pretenciosa. Lo que uno trata de hacerles entender es que no quiero un Brad Pitt, con la voz de Mick Jagger y el intelecto de Einstein, pero tampoco quiero una bolsa de papas, un muerto del cual colgarme para no estar sola, que me saque a tomar un café el domingo a la tarde y que me lleve a ver una película romántica con Julia Roberts al cine. Eso lo puedo hacer sola o con mis amigas (lo del café, porque antes de ver una de amor de Roberts prefiero una de Tarantino).
Estas mismas personas se adelantan a tu respuesta por la negativa, y emiten una frase que dice algo así como:
“AHHHH ya te va a llegar, y vas a ver, cuando te llegue…”
Y si no llega? Y si no quiero que llegue? A ver, gente: lo único seguro en la vida es la muerte y los impuestos. Lo demás, es aleatorio. Te podes casar o no (por qué existen, sino, los clubs de Solos y Solas? No que me parezca que esté bien, de hecho, creo que es patético, pero eso es otro tema). Podés tener hijos o no. Y también podes elegir no elegir ese camino. No digo que no vaya a casarme, pero no demos por sentado que va a ocurrir en algún momento.
He aquí un claro ejemplo de la presión social que sufrimos las solteras.
Un día pasó una vecina por mi casa, que no es vecina de medianera, sino una habitante más de la otra cuadra. Y se puso a charlar con mi vieja en el frente de casa, y no sé cómo llegaron al tema de “tu hija” (creo q fue a través de las hortensias, porque mi vieja aaaaaaama las plantas, a diferencia mía. Una vez se me murió un cactus, o sea…).
En resumidas cuentas, y a los fines que interesa en este relato, la conversación fue algo así:
“Y tu hija?” pregunta la vieja
“Ahh mi hija bien, se recibió, trabaja, sarasa sarasa”
“Y tiene novio?”
“No”
Hasta ahí bien. El tema es que la vieja se quedó preocupada con mi soltería y vuelve un día a las 3 de la tarde con un ofrecimiento cien por ciento altruista…
“Si, venia porque hoy a la tarde voy a ir a una señora que es media bruja y si Ud. quiere, me da una prenda de su hija para que ella le haga un gualicho para que consiga novio”
PERDONNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!
Además de venir a romper las bolas a la hora de la siesta, venís a decirme eso? No te la puedo creer…
Mi vieja dice “Pero yo no estoy preocupada que mi hija no tenga novio”
“Es que después de los 30 se le va a hacer muy difícil…” responde la cordial vecina.
Increíble. Nadie pregunta por tu trabajo, tu estudio, si te compraste un auto, si te vas de vacaciones, si estás bien de salud… para qué, no? Si no tenés novio, lo demás pasa a segundo plano. Nadie concibe la posibilidad de que sea una soltera exitosa, feliz y con muchas amigas al mejor estilo Sex and The City.
Además, alguien realmente se planteó que cuando uno se casa tiene que vivir día tras día, mes a mes, y década tras década con la misma persona? Eso es físicamente posible? No me imagino viviendo el resto de mi vida con la misma persona, no creo que el casamiento sea algo que pueda sostenerse mucho en el tiempo. Pero vamos a dejar esto para más adelante…
A este punto del relato, cualquiera va a pensar que:
a)    Soy lesbiana
b)    Soy anti hombres
c)    Tengo fobia a las relaciones.
d)    Soy la presidenta de la liga Women against marriage
Ninguna de las 4. El tema es que mis historias con los hombres son tan patéticas y fallidas, que si tenemos que clasificarlas como película, creo que entran en el género comedia. Ni drama, ni romance. Comedia. Es como Bridget Jones pero sin el happy ending y con mucho menos romance.
De aca en más, voy a empezar cronológicamente con el relato de una serie de eventos desafortunados…

No hay comentarios:

Publicar un comentario