miércoles, 29 de diciembre de 2010

El bailarín psicótico

Esta fue la vez que más sufrí. Oh si, incluso tuve que empezar terapia. Fue el golpe más duro al corazón que tuve… como ahora ya me extirpé el corazón por motus propio, no creo que vuelva a sufrir de la misma manera.
Como anticipé, al bailarín lo vi el primer día y quedé atónita. A medida que me fui integrando al grupo empecé a hablar con él, pero el tema era que tenía novia. Una mina rara, más grande que él y que no comía alimentos fríos… olvidate del Vittel Thoné para las fiestas o de los sandwichs para el picnic del día de la primavera.
El pibe era enfermo de The Beatles y de Back to the Future, enfermo más que yo, así que ahí ya teníamos muchas coincidencias y temas de conversación. Y a los dos nos fascinaba Capusotto, así que sacábamos chistes boludos de la manga todo el tiempo. Y reconozco que le escribía mails de manera compulsiva, pero todos relativos a temas mundanos como los anteriormente mencionados…
Eventualmente, se peleó con la novia y yo dejé de “salir” con el segundo niño, pero todo nuestro contacto físico se reducía a bailar rock en la clase y a las salidas de los viernes a comer pizza. Hasta que un día arreglamos para ir a ver una banda cover de The Beatles al Luna Park. Los dos solos. Estaba emocionadísima, como cuando tu vieja te llevaba a ver El Rey León en las vacaciones de invierno a la calle Lavalle y, además, te compraba una hamburguesa y unas Frenys en el Pumper. Copante!
Nos encontramos en la puerta del Luna (bah, más que encontrarnos, yo lo tuve que correr cuando lo vi de la vereda de enfrente porque no recordaba el punto de encuentro), vimos el show y a la salida yo le tiré la onda de ir a comer algo, pero no. Nos fuimos directo a la casa de una de las pibas de la secta en Caballito, donde era la reunión de la gente de rock. En realidad, y mirando en retrospectiva, había pocas probabilidades de que esa noche hubiera pasado algo, ya que era la primera cita, pero una se emociona igual, no racionaliza.
Pero al lunes siguiente me manda un mail con el título “Te quedaste con las ganas el otro día?”, y el cuerpo del mail era: “Yo también! Subí el volumen!”
Y me manda un link de video de Youtube de una de las canciones de The Beatles titulada I want you
OH POR DIOS OH POR DIOS OH POR DIOS OH POR DIOS OH POR DIOSSSSSSSS
Un mensaje subliminar (o no tanto…). El flaco me desea! En ese momento mi emoción fue incontrolable, no obstante lo cual traté de mantenerme en el Planeta Tierra y contestar el mail aparentando que solo me sentía mal porque no tocaron esa canción…
La semana siguiente fue mi cumpleaños, e hice una fiesta similar a la de 25, en el mismo salón pero esta vez con más gente, porque se sumó la gente de rock. Ese mismo día me dijo que tenía muchas ganas de ir a ver Indiana Jones y la Calavera de Cristal, que se estrenaba el próximo jueves.
“Vamos”? me dice.
“Si, dale, yo también tengo muchas ganas de verla”
MENTIRA. No había visto nunca entera ninguna de las 3 anteriores, pero qué importa? Tenía como 3 días para verlas todas! Así que fui al Blockbuster y las deglutí en cuestión de horas… tenía que saber de qué se trataba la historia de ese viejo con un látigo y un sombrero, de la cual todo el mundo hablaba!
Llegó el día del estreno de Indiana Jones, así que nos encontramos cerca del Luna Park y fuimos caminando al Cinemark de Puerto Madero. Mientras esperábamos para entrar a la sala, el flaco me agarra y se pone a practicar pasitos de rock enfrente del Candybar. Y yo me prendo. Ya sé que la gente pensaba que estábamos locos, pero a ese punto estaba yo de enamorada del flaco que no me hubiera importado que me vaciaran un pote de Popcorn encima. Estaba felíz.
Salimos de la sala y fuimos a comer una pizza. Y mis expectativas de que pasara algo cada vez decaían más… Charlamos y todo muy ameno, pero me tomé en la esquina el bondi para mi casa y no hubo besito ni nada. Así que cuando llegué pensé que el flaco solo salía conmigo porque no tenía nada mejor que hacer, de onda, pero nada más. Hasta un punto me resigné.
Pero dicen que la tercera es la vencida, así que le di la última chance al bailarín psicótico y salimos por tercera vez…

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El segundo niño

A esta altura cualquiera puede pensar que soy una pedófila, y no puedo culparlos por ello… me dan ternura los menores. Además, me siento muy identificada con ellos porque yo me siento todavía una adolescente, aunque hoy, en un local de celulares, me hayan dicho:
“Ya la atiendo Señora”
Menos mal que todavía nadie me ofreció el asiento en el colectivo, porque si además de pensar que soy una señora, piensan que estoy engendrando un pibe, me pego un tiro.
La cosa empezó un 24 de agosto del 2007: esta fecha es tan importante para mí como para el Doc Brown lo es el 5 de noviembre de 1955 en Back to the Future, cuando inventó el Capacitador de Flujo, porque cambió varias cosas en mi vida en ese momento. Lamentablemente, o afortunadamente (no lo sé todavía) no me permitió inventar los viajes en el tiempo, lo cual hubiera impedido que la mayor parte de estas anécdotas estuvieran hoy en este blog…
Ese día me decidí a empezar clases de rock en un Instituto que había a la vuelta del laburo. Ahí conocí a mucha gente que bailaba diferentes ritmos, y un día me invitaron con ellos a comer pizza a la salida de clase. Así que fui, estaba sola y no tenía otra cosa mejor que hacer.
Lo que empezó como un grupo copado, pronto se convirtió en una especie de secta: todos nos sacamos casilla de correo Gmail, nos mandábamos mails todos los días, organizábamos salidas, jugábamos al amigo invisible… como si estuviéramos en 5to año, pero con 10 años más.
La cosa es que yo, desde el primer día que entré, le puse el ojo a un flaco que me encantó. Lo vi usando un pantalón con el logo del Instituto y flasheé que era profesor. Pero no, era uno más de la secta. El pibe tenía novia en ese momento (otra sectaria), así que no pasaba nada, hasta que sí paso (Próximamente, en el próximo capítulo de “Una serie de eventos desafortunados”…El bailarín psicótico)
Volviendo al tema de este post, pronto pegué onda con un niño que tenía 17, pero yo ya tenía 25, así que la diferencia ya no eran 5 como con el primer niño, sino 8 años… la misma cantidad de años que duró el mandato de Lula en Brasil, pero con mucha menos relevancia, obviamente.
La cosa es que empezamos a hablar y a pasar mucho tiempo juntos, lo introduje a Pulp, Aldous Huxley y al alcohol (el pibe era totalmente abstemio, al punto que cuando iba a un bar con los amigos todos pedían alcohol y él café con leche…).

Y él me introdujo al mundo de los Abrazos Gratis. Nunca vieron a esos pelotudos idealistas que se paran de a muchos en Plaza Francia con un cartel que dice Abrazos Gratis y una sonrisa de oreja a oreja, abrazando a transeúntes, y a los cuales uno mira con desconfianza porque sospecha que son chorros, o están drogados? Bueno, yo hice eso en la esquina de Diagonal y 9 de Julio un domingo a la tarde. Me puse a abrazar a extraños en la esquina de mi laburo. Y no estaba drogada...

Es un episodio que traté, en vano, de borrar de mi pasado porque, gracias a Dios, tengo amigas que cada vez que nos cruzamos con la gente esta, me dice:

"Te acordás cuando vos hiciste eso con el niño..."

No me acordaba hasta recién. Gracias eh! El 20 de julio próximo te estoy llamando... 
Volviendo al tema, porque me fui por las ramas y salté a otro árbol... un día fuimos con el bailarín psicótico y el niño a ver una banda cover de The Beatles a The Cavern Club. A la hora de irnos, el pibe me acompañó hasta la parada de mi bondi, a pesar que le quedaba trasmano. Antes de subirme, lo voy a saludar y atina a agarrarme la cara para darme un beso, y yo le corro la cara y le digo:
“No, mira, te estás equivocando, nada que ver…”
Y enfilo para el bondi. Pero frené porque me parecía que estaba mal dejar las cosas así, por lo que volví y empezamos a hablar. Yo le explicaba que era mucha la diferencia de edad y que no iba a funcionar, el flaco me decía que no tenía que tener prejuicios por la edad, que lo importante era que la pasábamos bien y que eso era lo fundamental, y sarasa sarasa.
Fue bastante sensato para un pibe de 17 años, así me que dije, nuevamente, por qué no? Me rehúso a entender que cuando algo internamente te hace ruido, por algo es. Si te suena a NO, entonces es definitivamente un NO. Tendría que haberme subido a ese bondi...
La cosa es que empezamos a “salir”, pero fue por muy poco tiempo porque yo me iba de vacaciones a los 10 días o una cosa así. Me fui, volví y traté de seguir viendo que onda, pero había dos cuestiones fundamentales:
1)    Me gustaba el bailarín psicótico.
2)    No me gustaba el niño.
La suma de estos dos presupuestos no daba un buen resultado. Así que le dije que, para mí, no estaba funcionando. Y me dijo:
“Bueno, como quieras, pero me parece que tenés que darle un tiempo, van solo dos semanas”.
Y otra vez me pareció bastante sensato, no todo es atracción a primera vista (o a primera quincena) después de todo. Y seguí. Y aguanté 10 días más, hasta que no aguanté más, porque me sentía una mala persona estando con alguien que no me gustaba y, a la vez, haciéndole perder el tiempo al niño. Y me daba más lástima porque el niño me tenía allá arriba, me idolatraba. Me atribuía cualidades que yo no tenía. Yo le explicaba que cuando él tuviese OCHO AÑOS MAS iba a ser igual que yo. Pero no, el tonto creía que había algo especial en mí. Y entonces me decía:
“Vos sos todo con lo que soñé de pibe”
“De pibe”. Todavía sos pibe. Y yo soy lo más común del mundo, ya te vas a dar cuenta.
Y eventualmente se dio cuenta, porque esta historia tiene dos partes: la primera termina acá, y la segunda empezaría 3 años después…

domingo, 19 de diciembre de 2010

El parapsicólogo

A veces uno duda si las amigas te quieren o te odian. Una de mis amigas de la primaria no tuvo mejor idea que presentarme un amigo de un amigo de ella, que conoció en Bellas Artes. Bueno, pensé, qué puedo perder, no? Una mancha más al tigre...
Fuimos a una fiesta en una casa y cae el pibe. Vestido con un tipo de uniforme verde militar, con pins de todos los tamaños y colores posibles esparcidos por la chaqueta, usando zapatos (si, za pa tos lus tra dos) de cuero. Freaky total. Profesión? Parapsicólogo. Aparentemente, hay gente que vive de eso… Uno se mata estudiando 6 años una carrera universitaria para que después venga uno de estos manosantas truchos a contarte qué mal te va a tratar la vida en el futuro y que conocerás al hombre de tu vida viajando en el 24 un jueves a las 7 de la mañana. Y te cobre por eso, claro.
El pibe se sienta a la mesa y empieza a hablar de experiencias paranormales y cosas raras, y se arma un círculo alrededor del chabón y todos a escucharlo. Casi una escena de Beetlejuice, faltaba que se tomaran todos de la mano y empezaran a bailar.
Después entablamos conversación y coincidimos en que a los dos nos gustaba el animé, más precisamente, Los Caballeros del Zodíaco. Y charla va, charla viene, llega la hora de ir a bailar. Me dice el flaco:
“No te podés ir a bailar, la gente que va a bailar es superficial”
“Mira, nos acabamos de conocer. Yo no soy superficial por ir a bailar. Y me voy, vos hacé lo que quieras
La cosa que vino al boliche también. Una vez adentro, nos besamos un rato y cuando salimos un toque al patio a tomar algo, me sienta en una mesa y me dice:
“Bueno, quiero saber qué pensás de esta relación”
Ah, es una relación… después nos acusan a nosotras de ir rápido.
“Mirá, apenas te conozco, no sé qué pensar todavía. No sé qué onda…”
La cosa es que el pibe, a pesar de este comentario pelotudo, me había parecido interesante, pero, como se sabe, los hombres pueden pasar de ser interesantes a ser unos pelotudos importantes en cuestión de segundos, y este caso no fue la excepción.
Nos volvimos a encontrar un día a la luz del día en la Peatonal de Quilmes, y al verlo vestidito con su disfraz militar de nuevo, pins incluidos, me acordé de algo que siempre dice mi vieja:
“A la noche, todos los gatos son pardos”
Recuerdo haberme imaginado una cena familiar con mis viejos y mi hermano, que es un cortamambo bárbaro, diciendo:
“Mama, Papa, mi novio, el parapsicólogo”
Mi viejo me hubiera desheredado en ese mismo instante. Y me lo hubiera tenido bien merecido.
Entramos a tomar algo a un bar y me sale con lo siguiente:
“Si vamos a salir, yo no quiero que vayas más a bailar”
“No, mira, vos me conociste así, yo voy a seguir yendo a bailar si tengo ganas”
“La gente que va a bailar es superficial”
De nuevo con lo mismo. Y agrega:
“Si vos salís a bailar y estás con alguien, quiero que vengas y me lo cuentes. Quiero que seamos sinceros”
“Sisi, claro…”
Al sábado siguiente me fui a bailar y me transé un pibe…y esa fue el fin de la experiencia extrasensorial. Y nunca más deje que mi amiga me presentara a nadie más.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

El Señor

Cuando cumplí 25 hice la fiesta en una especie de bar privado en San Telmo, e invité a todo el mundo, prácticamente. Había que festejar el cuarto de siglo y tirar la casa por la ventana. Pero tirar la casa no implicaba tirar mi dignidad también por la ventana…
Entre los invitados estaban varios ayudantes de cátedra de la Práctica Profesional de la carrera de Derecho (ni siquiera eran compañeros míos, porque yo no era ayudante), y entre ellos estaba este pibe. Era una bolsa de papas, fofo, con cara de perro Hush Puppies y la gracia de una foca (estoy siendo generosa, gente…). Mis amigas le pusieron de apodo el señor, porque encima de opa parecía 50 en vez de 30. Y cuál fue mi idea? Besármelo.
Recuerdo que estaba borrachísima (no me estoy excusando en el alcohol, no tengo perdón de Dios), y el señor me arrincona y pretende besarme. Y mis amigas me paran y me dicen:
“Estás segura de lo que estás haciendo?”
“Seeeeeeeeeeeeee chicas”
Obviamente, no lo estaba.
Bueno, me lo besé y lo seguí viendo en un par de reuniones de la gente de la Facultad, y me lo seguí besando. Esto no es lo peor de esta historia, sino que me emperré con este señor, quería ponerme a salir con él, lo veía como un buen partido, buscaba coincidencias donde no existían...
No sé qué clase de alucinógenos estaba consumiendo en esa época, porque encapricharse con un muerto así fue la segunda boludez más grande de mi vida (la primera fue asistir a una reunión de un club de fans de los BackStreet Boys).
La cosa es que el señor se sentía codiciado, y se hacía el difícil y el lindo: no contestaba los mensajes de texto, siempre estaba ocupado para tomar un café… y el tema era que el señor, a pesar de lo desagradable que era, tenía novia.
Así que tiré los dados y me moví al próximo casillero, donde tuve que sortear otro obstáculo masculino …

lunes, 13 de diciembre de 2010

El primer niño (parte II)

Volvemos a contactarnos cibernéticamente, y arreglamos para otra salida un sábado a la noche. Tres horas antes me llama para cancelar, no sé que le había pasado a la madre. Ok, bueno, por lo menos me avisó, pensé. Será un chamuyo barato, pero por lo menos avisó.
Organizamos otra salida, para ir a ver algo relacionado con el aniversario de los 30 años del Golpe al Centro Cultural Recoleta. Me iba a pasar a buscar por la oficina, pero una hora antes se larga una tormenta terrible. Simultáneamente con los truenos, presiento que me va a dejar plantada maaaaaaal. Y no me equivoqué.
Lo esperé en la puerta de mi edificio un buen rato, llamé a la casa y la hermana me dijo que estaba en una quinta en El Pato.
PENDEJO DE MIERDA!!!!
Si estás en una quinta, no te fuiste hoy, te fuiste ayer, por lo menos… y no fuiste capaz de avisarme que me ibas a dejar plantada??? Me fui a mi casa pasada por agua y con una calentura terrible.
Mis amigas me decían:
“Capaz que allá en El Pato no hay señal de teléfono, por eso no te pudo avisar…”
Qué señal ni señal?!?! Está borrachísimo, tirado en una hamaca paraguaya, fumándose uno y rascándose el higo mientras yo estoy haciendo el rol de pelotuda.
Obviamente ahí cortamos con el mail y el MSN, pero, lamentablemente para él, tuvo que volver a verme la cara en la fiesta de egresados de mi hermano, en la que me evitó durante toda la noche.
Y de ahí en adelante no supe más del niño, hasta hace un año y medio, en el cumpleaños de 22 de mi hermano.
Estaban todos los amigotes en casa, y mi hermano no quería que yo estuviera presente en la fiesta, así que me retiré al living a ver la tele (si, una joda bárbara la mía…). Como el living de mi casa da a la calle, en una miro por la ventana y a quién veo? Si, al niño. Desde esa fiesta de egresados que mi hermano no lo veía, y así, como quien que no quiere la cosa, cayó en mi casa... vio luz y entró.
OH POR DIOS!!!
Inmediatamente me saqué las pantuflas, me puse una vestimenta normal (me saqué el jogging, digamos…) y salí a socializar y a hacerme la simpática con los amigos de mi hermano. No podía quedarme mirando TNT en el sillón!
Así que salí, saludé a todos (incluido él) y me fui al patio. En un momento, intentó acercarse sigilosamente (aprovechando que el vigilante de mi hermano estaba totalmente ebrio), pero lo llamaron para ir a bailar y tuvo que responder al llamado de la manada.
Ahí empezamos a hablar un poco por MSN, me enteré que no vive más con su familia, que trabaja haciendo algo de cine independiente por Lomas de Zamora y que ahora si tiene celular. Nos intercambiamos los números y quedamos en salir alguna vez a tomar algo por San Telmo…

sábado, 11 de diciembre de 2010

El primer niño

Todo comenzó en el cumpleaños de 18 de mi hermano. Yo a mi hermano le llevo 5 años… entonces esta persona tenía entre 17 y 18. Ya sé lo que están pensando… abusadora de menores! Pero, en mi defensa, no parecía de 18…
Bueno, mi hermano hizo su fiesta de 18 en un salón a la vuelta de casa. Y empezamos con mis primos a tomar Fernet a más no poder (quiero aclarar que, después de esta mala experiencia con el Fernet, lo abandoné por un tiempo… hasta que volví a caer, o mejor dicho, me dejé atrapar nuevamente por su encanto).
La cosa es que en un momento de la noche mis viejos se van y me dicen:
“Te quedás a cargo de los pibes, nos vamos a dormir”
Yo, a cargo de 30 monos de 18 años… no sé quien, en su sano juicio, pensó que yo podría manejar tal situación.
La cosa es que en un momento me lo arrincono al niño, con la excusa de que me convidara un cigarrillo, y me lo llevo a un descanso de una escalera oculta del salón, supuestamente “para que mi hermano no me viera fumar…”
Ahí empezamos a hablar de que yo estaba terminando la Facultad, y él la secundaria, nos mostramos nuestros tatuajes, hablamos de cine y de la vida en general. Reunía todas las características que me atraían (y atraen) de un hombre: bohemio, hippie, barbudo y ligeramente desprolijo, en fin… me lo terminé besando.
La cosa era, luego de consumado el hecho, había que bajar “uno primero y otro después” para que nadie se diera cuenta. No sé quien se iba a dar cuenta, porque todos estaban borrachísimos, yo incluida. Tan ebria estaba, que tuvieron que volver mis viejos porque, aparentemente, vino un patrullero de la Bonaerense por el kilombo que estaban haciendo los pendejos. A lo que mi madre me dice:
“No te diste cuenta que vino la Policía?”
“Es que no prendieron la sirena, mamá…”
Y no, obviamente que no iban a prender la sirena. Que tontita.
Bueno, pasó el cumpleaños y después lo volví a contactar por el maldito MSN. Y quedamos en salir por San Telmo.
El sábado a la noche nos encontramos en la puerta de Joya Bailable (un punto intermedio entre mi casa y la suya), boliche cumbianchero berreta de zona sur. Mala elección. Obviamente, mía.
Tomamos el bondi, estuvimos tomando algo en Plaza Dorrego y todo se desarrolló muy tiernamente. El me decía:
“No puedo creer que estoy acá sentado con una abogada”
“Y yo no puedo creer que estoy acá sentada con un Bachiller”, le dije. Si me viera mi madre…
Estuvimos tomando Gancia y nos quedamos como hasta las 7 de la mañana. Después de eso, perdí el contacto porque él era el tipo de chico “que no usaba celular”, su espíritu hippie y su ideología de izquierda se lo impedían, aparentemente.
Volví a encontrarlo en el MSN y arreglamos para ir al cine a ver una película de corte político, Good night and good luck. Pero primero dimos una vuelta por Plaza Francia,  tomamos algo y después entramos al cine que, en aquella época, costaba 6 pesos la entrada (después el INDEC me dice que no hay inflación…).
Yo, que elegí una película de ese tipo para que el flaco se interesara… y se me queda dormido! Terrible, se me duerme con la manito agarrada y la cabeza en el hombro… y ni siquiera era la función de la trasnoche, eran las 5 de la tarde!!!
Obvié la siesta y nos volvimos en bondi. Había claros indicios de que esto no iba a ningún lado, pero yo, que no doy el brazo a torcer, iba a darle al niño una oportunidad más para que me confirmara que estaba perdiendo el tiempo con él…

viernes, 10 de diciembre de 2010

El piloto

Conocen el dicho ese de que el marinero tiene una novia en cada puerto? Bueno, los pilotos tienen una en cada aeropuerto.
Para esta época, mi prima y yo éramos super amigas y salíamos a bailar juntas. Un 30 de abril fuimos a un bolichito y me gustó mucho el amigo del novio de mi prima. Y me lo besé. Y me dijo que se llamaba un nombre que en realidad no era el suyo, pero, una vez más, le creí, e iba convencida por la vida de que se llamaba Matías…hasta que el novio de mi prima me hizo conocer la triste verdad.
Después de que me enteré su verdadero nombre creo que no lo vi por un tiempo y me lo reencontré mucho tiempo después por el Messenger. Palabra va, palabra viene,  quedamos para ir al cine a ver Spider Man II.
Super lindo todo, el pibe me pasa a buscar con el auto por mi casa a la noche. Esta fue la única vez que un hombre me pasó a buscar por mi casa en auto y la única vez que se lo dije a mi vieja, quien, al escuchar la bocina, obviamente se asomó por la ventana a presenciar un evento similar a presenciar el paso del Cometa Halley. No por lo espectacular, sino porque lo presenciás una vez cada muerte de obispo.
Vemos la peli, y recuerdo que no pasó nada nada hasta que se acabó la película, y quedó la sala vacía. Ahí, recién, me dio un beso. Romántico, pensé. Nada más lejano de la realidad, era para asegurarse de que no hubiera nadie que lo reconociera en la sala de cine. Razón también por la cual eligió un día de semana para la salida. Es que el zorro sabe más por viejo que por zorro…
Quedamos en salir otro día, pero el señor me dejó plantada. La boluda (yo) sentada en el sillón, llamando a un celular que nunca se atendió, me fui a la cama re caliente a mirar Todo x 2 Pesos.
Al otro día, lo encuentro en un boliche y le digo:
Te estuve esperando…”
A lo que responde:
“Choqué con el auto, me lastimé una pierna, sarasa sarasa”
Y estaba parado en un boliche. Pronta recuperación, no? No será que te chocaste con otra mina más linda?
Pero le creí. O quise creerle, no sé. Era ese tipo de hombres super chamuyeros pero super simpáticos, que te dicen la mentira más grande del mundo con una sonrisa irresistible…Y me terminé yendo con él del boliche.
Y eso fue el principio y el fin de la relación con el piloto. Seguí enterándome de su vida porque yo preguntaba, obviamente… Y además porque se enganchó con la amiga de una amiga, con la cual si se puso de novio. Y también le puso los cuernos en reiteradas oportunidades…

jueves, 9 de diciembre de 2010

El hincha de Arsenal

Ya estábamos en 5to año y yo estaba en Comercial y él en Bachiller. No sé cómo empezaron las cosas, pero fue en el boliche de mi barrio al que íbamos todos los sábados y del cual yo era tarjetera (sisi gente, tarjetera. Ahora las tarjeteras tienen que ser modelos, pero en mi época y en mi barrio no existía ese requisito…). La cosa empezó, y bueno, una se engancha. Resulta que a los dos o tres sábados de empezado el romance el pibe va y se besa a la linda (y trola) del boliche. IN MY FACE!
A mi cuestionamiento de qué onda? me responde:
“Pero si vos y yo no somos nada…”.
Bueno, ok. No somos nada. Obviamente que bien no me cayó, pero siguió la cosa hasta que el imbécil empezó a distanciarse silenciosamente. Pero como “no somos nada”, no hay derecho a reclamos.
“No somos nada” es el origen del rechazo que tienen los hombres por las relaciones y los compromisos. Algo somos. Somos dos personas que se gustan y se besan, somos dos compañeros de la secundaria, somos personas que se deben, al menos, un poco de respeto, no?
Así las cosas, un 26 de julio en el cumpleaños de una amiga, estábamos en el medio de una conversación de chicas y una de ellas dice:
“Ahhh tengo algo que contarles!”
Bueno, qué será? Y empieza a relatarme detalladamente cómo esa misma tarde se había acostado con el hincha de Arsenal. Mi hincha de Arsenal. Ella, mi amiga se había acostado con mi chico y me lo estaba contando como si fuera lo más normal del mundo, como si fuera la campera de jean Ona Saez que te compraste en el Shopping y que tu mamá te pagó con la tarjeta de crédito… (cabe aclarar, para esa época, la camperita de jean Ona Saez era lo más top del mundo).
Quedé bastante atónita con este relato, no solo porque el otro muerto me metió los cuernos con una mina, sino porque una persona que era, hasta ese momento, mi amiga, me clavó semejante puñal por la espalda. Creo que llegué a mi casa y seguía sin creerlo.
El 3 de agosto nos estamos yendo a Bariloche, y en el micro de ida se me empieza a acercar el hincha. A mí me gustaba todavía, obviamente, pero antes de nada le aclaré que sabía lo de su infidelidad (que no sé si llamarlo así, porque no éramos nada…) A lo cual me respondió que para él no significó nada. Y le creí.
Le creí porque, para mí, la infidelidad no pasa por el beso o la intimidad con otra persona (no que lo avale tampoco), sino que pasa por otro lado, por el lado de los sentimientos… Un touch and go puede, para mí, no significar más que eso. Pero ya hablaremos de eso.
Volviendo al relato: seguimos, volvimos de Bariloche y yo me iba de viaje con mis viejos a España. Antes de irme, me despidió y me dio para que llevara conmigo una camiseta de Arsenal (sisi, me llevé puesta en el avión una camiseta mugrosa, 100% Nylon de Arsenal, contra la mirada de reprobación de toda mi familia). Lo más gracioso es que en el avión viajaba un ex jugador de Arsenal, que me empezó a hablar de fútbol, como si yo supiera algo… la única vez que fui a la cancha fue para ver un partido a beneficencia en la cancha de Independiente en el que jugaban el Oso Arturo y Tomy Dunster!!.
También me escribió una carta, la cual me dijo que abriera una vez arriba del avión (y, como si tuviera una telepantalla observándome al mejor estilo 1984, acaté la orden y esperé hasta subir al avión para abrirla).
Lo llamé de España, le traje regalos. Todo lindo por una semana, hasta que se empieza a transar a la más trola, pero esta vez no del boliche, sino de toda la secundaria, IN MY FACE, nuevamente.
Sufri! Oh, Dios, como sufrí. Lloraba en el patio de la escuela, en el baño, en la clase. No podía con mi alma. La secundaria terminó, pero seguí enamorada de este pibe por 3 años más. Enamorada de la nada, de lo que había sido en su momento, porque ni siquiera nos veíamos ni estudiábamos juntos, nada. Y cada vez que lo cruzaba en el boliche o algo, me decía:
“Vos sabes porque yo no me puse de novio con vos, porque sos buena mina y no quiero lastimarte. Si algún día me tengo que poner de novio y presentarle a alguien a mi familia, yo te voy a llamar”
Con ese versito me colgué un tiempo largo. Pero como nunca me llamó (de hecho, ya se está yendo a vivir con la novia en la casa que construyeron en el barrio), decidí dejar esta pelotudez de lado y moverme hacia otra historia patética…

martes, 7 de diciembre de 2010

El primer amor

Esta historia es bastante normal, es el típico noviecito de la secundaria. Yo tenía 14 años y él 15.
Nos conocíamos desde Jardín de Infantes. Y realmente ahora no puedo recordar cómo empezó todo… los que son de mi edad, sabrán disculpar y entender mi incipiente Alzheimer.
Salimos 7 meses y 10 días, en dos tandas: primero 3 meses y 10 días, momento en el que me dejó porque pensaba que a mí me gustaba otro flaco al cual yo casi ni conocía, un primo de una compañera nuestra (tan poco lo conocía que pensaba que, en vez de primos, eran novios).
Obviamente que no me dijo que era por esto en el momento del break up (esto lo supe mucho después), pero en el interín en que estábamos distanciados qué sucede: me transo (termino noventoso) a este pibe en el cumpleaños de mi mejor amigo, estando mi ex presente. Previo el beso, recuerdo entrar al baño y encontrar a mi ex y al pibe en cuestión hablando, sentados uno sobre la bañera y otro sobre el inodoro. Aparentemente, uno le estaba pidiendo permiso a otro para transar conmigo…
Este día fue definido por mi ex como “uno de los peores días de su vida, después de la separación de sus viejos…”
Cómo a los 15 años una cosa que hoy te parece una repelotudez, como que tu ex se bese un flaco, se te hace el fin del mundo… “el peor día de mi vida…” Pero si tenés 15 años! Sabés todas las Cindor que te faltan, nene…
Pasa el beso, pasa el cumpleaños y tampoco recuerdo muy bien cómo (pasaron 13 años!), pero a los dos meses estábamos saliendo de nuevo.
Al cuarto mes puntual lo corté yo, no recuerdo ahora por qué razones trascendentales y filosóficas que se me cruzaron en ese momento por la cabeza… seguramente el horario de nuestras salidas interfería con la hora en que Sony emitía Dawson´s Creek.
Y bueno, creo que nos besamos un par de veces más, pero nada más, y hoy en día lo sigo viendo en las fiestas reencuentro de la secundaria. El me habla de su novia y yo… bueno, yo hablo de otra cosa.
Y al tercero en discordia todavía lo veo, porque vive a la vuelta de la casa de mis viejos, con su señora. Y nos saludamos y charlamos del clima, como dos perfectos desconocidos…

lunes, 6 de diciembre de 2010

Walking Contradiction

Y cuando era más chica pensaba que a esta altura de mi vida tendría las cosas más o menos resueltas…que ingenua. Soy como la canción de Green Day, a walking contradiction.
Tengo 28 años pero me rehuso a crecer. En definitiva, que es crecer, madurar, sentar cabeza? Si crecer es tener una vida modelo, casada, con hijos y vacaciones en Santa Teresita todos los veranos, quiero seguir siendo una adolescente.
En la contratapa del disco de Pulp, This is Hardcore, Jarvis Cocker escribe lo siguiente:
“It´s ok to grow up, just as long as you don´t grow old. Face it: you´re young”.
Y si bien esta es mi frase de cabecera, me provoca muchos sentimientos encontrados: Esta bien crecer, pero no volverse un viejo. Soy joven. Soy joven? Pero ya tengo 28! La sociedad me pide que siente cabeza y deje de boludear. Será que tengo que crecer?
No puedo seguir escuchando Green Day como cuando tenía 17, emborracharme en un bar y hacer papelones en la calle, irme de vacaciones sola con mi mochila, y usar jeans y Topper? En serio que no? Tengo que encontrar si o si un buen chico, de su casa, ponerme de novio y casarme de blanco, como las vírgenes? Además de aburrido y cliché, es bastante hipócrita casarse de blanco…
Es bastante al pedo casarse, en definitiva. Como si un papel, un anillo e hijos te aseguraran simultáneamente la felicidad y el amor eterno de tu cónyuge para con vos. JA! Muy por el contrario…
La sociedad te hace, en cierta forma, sentirte culpable o, al menos, “rara” si no cumplís con estos mandatos sociales. Y te preguntan:
“Y como no tenés novio?????”.
Y esa pregunta es una mezcla de preocupación y de advertencia, algo así como “Vos fijate nena…debes estar haciendo algo mal”.
Otros te tildan de pretenciosa. Lo que uno trata de hacerles entender es que no quiero un Brad Pitt, con la voz de Mick Jagger y el intelecto de Einstein, pero tampoco quiero una bolsa de papas, un muerto del cual colgarme para no estar sola, que me saque a tomar un café el domingo a la tarde y que me lleve a ver una película romántica con Julia Roberts al cine. Eso lo puedo hacer sola o con mis amigas (lo del café, porque antes de ver una de amor de Roberts prefiero una de Tarantino).
Estas mismas personas se adelantan a tu respuesta por la negativa, y emiten una frase que dice algo así como:
“AHHHH ya te va a llegar, y vas a ver, cuando te llegue…”
Y si no llega? Y si no quiero que llegue? A ver, gente: lo único seguro en la vida es la muerte y los impuestos. Lo demás, es aleatorio. Te podes casar o no (por qué existen, sino, los clubs de Solos y Solas? No que me parezca que esté bien, de hecho, creo que es patético, pero eso es otro tema). Podés tener hijos o no. Y también podes elegir no elegir ese camino. No digo que no vaya a casarme, pero no demos por sentado que va a ocurrir en algún momento.
He aquí un claro ejemplo de la presión social que sufrimos las solteras.
Un día pasó una vecina por mi casa, que no es vecina de medianera, sino una habitante más de la otra cuadra. Y se puso a charlar con mi vieja en el frente de casa, y no sé cómo llegaron al tema de “tu hija” (creo q fue a través de las hortensias, porque mi vieja aaaaaaama las plantas, a diferencia mía. Una vez se me murió un cactus, o sea…).
En resumidas cuentas, y a los fines que interesa en este relato, la conversación fue algo así:
“Y tu hija?” pregunta la vieja
“Ahh mi hija bien, se recibió, trabaja, sarasa sarasa”
“Y tiene novio?”
“No”
Hasta ahí bien. El tema es que la vieja se quedó preocupada con mi soltería y vuelve un día a las 3 de la tarde con un ofrecimiento cien por ciento altruista…
“Si, venia porque hoy a la tarde voy a ir a una señora que es media bruja y si Ud. quiere, me da una prenda de su hija para que ella le haga un gualicho para que consiga novio”
PERDONNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!
Además de venir a romper las bolas a la hora de la siesta, venís a decirme eso? No te la puedo creer…
Mi vieja dice “Pero yo no estoy preocupada que mi hija no tenga novio”
“Es que después de los 30 se le va a hacer muy difícil…” responde la cordial vecina.
Increíble. Nadie pregunta por tu trabajo, tu estudio, si te compraste un auto, si te vas de vacaciones, si estás bien de salud… para qué, no? Si no tenés novio, lo demás pasa a segundo plano. Nadie concibe la posibilidad de que sea una soltera exitosa, feliz y con muchas amigas al mejor estilo Sex and The City.
Además, alguien realmente se planteó que cuando uno se casa tiene que vivir día tras día, mes a mes, y década tras década con la misma persona? Eso es físicamente posible? No me imagino viviendo el resto de mi vida con la misma persona, no creo que el casamiento sea algo que pueda sostenerse mucho en el tiempo. Pero vamos a dejar esto para más adelante…
A este punto del relato, cualquiera va a pensar que:
a)    Soy lesbiana
b)    Soy anti hombres
c)    Tengo fobia a las relaciones.
d)    Soy la presidenta de la liga Women against marriage
Ninguna de las 4. El tema es que mis historias con los hombres son tan patéticas y fallidas, que si tenemos que clasificarlas como película, creo que entran en el género comedia. Ni drama, ni romance. Comedia. Es como Bridget Jones pero sin el happy ending y con mucho menos romance.
De aca en más, voy a empezar cronológicamente con el relato de una serie de eventos desafortunados…