sábado, 22 de diciembre de 2012

El paciente inglés


Llego con mi amiga a un bar en Palermo, con una cara de velorio importante. Allá estaban los extranjeros, sentados y tomando. Fuimos cambiando de bares y en un momento comienza una charla con el tatuado, Mike. No sé como llegamos al tema de la música… ah si, estaba borracha!

Y a vos que bandas te gustan?

Bueno, estoy loca por Pulp

Ahh, si, yo los vi 5 o 6 veces…

Te odio!

Si, ahora van a juntarse y tocar en julio…

Si, ya se

Yo tengo entradas…

TE ODIO!

Buen comienzo. Mike estaba de vacaciones hacia 2 meses por Sudamérica, vivía en un pueblo cerca de Londres, tenía 18 tatuajes, 37 años y era jardinero. A mi mama le iba a encantar!

Ahí empezó una historia de un año y 5 meses de amor, ficción y locura.
Terminamos, no sé cómo, los cuatro en mi casa: nosotros dos, mi amiga (haciéndome el aguante) y su amigo (una cosa incogible). Entramos y mi amiga va directo a la habitación a armar la cama. Ya sabía lo que se venía…

Ellos se fueron, nosotros nos quedamos, y al otro dia lo acompañé al Hostel, ya que se iba a Colonia. Al otro día lo fui a buscar al Buquebus y paseamos por Puerto Madero. Y cuando paramos en casa me dice:

Ya puedo cambiar mi estado de facebook a “tiene una relación”?

Y si yo no tenía facebook, que me importaba? Debía haber parado la pelota ahí.

Cuando lo despedí en Retiro (se iba a Brasil) se puso a llorar, me escribió mails de que “quería me compraba entradas para ver a Pulp, que sería hermoso vivir conmigo y que si lo extrañaba mucho, nos podíamos casar…”

En que momento una relación de dos días se fue tan a la mierda???? En el momento que, un domingo a la tarde, abro el mail y encuentro que el ingles se había comprado pasajes para volver un fin de semana de Brasil antes de volver a Inglaterra. Me entró a correr el sudor frío. No sabía a quien llamar, no sabía para donde correr. Pero no tenía escapatoria. Era un hecho.

La cosa es que vino, se quedó, fuimos al cumpleaños de mi amiga, lavamos la ropa y tuvimos sexo. Y ahí me contó algo que, aparentemente, ya me había comentado y nunca retuve: en su pasado de drogas, locura y depresión,  el señor había atentado contra su integridad física. Más precisamente, se había cortado un testículo.

OH POR DIOS! Y yo no lo había palpado de armas en un primer momento!

Que se hace en una situación así? No se, nunca me pasó antes… Una trata de comprender, supongo. Eso había sido hace 20 años y ahora podía haber cambiado. Pero la gente no cambia.

Se fue, y quedamos “en una relación”. Una relación a distancia, por Skype, llamados por teléfono y postales de las que se tiran por debajo de la puerta. Todo parecía muy romántico, pero es difícil saber si te estas subiendo al tren del amor o al teleférico de la pelotudez...

sábado, 1 de diciembre de 2012

El amigo de mi amiga

Y si, el 2011 iba a traer buena suerte, pero antes de eso había que sortear unas vacaciones al estilo Campanelli con amores y desamores encontrados, todo camino al Norte Argentino.

Con mi amiga Sole organizamos ir en auto al Norte, y se prendieron 3 chicas mas... y un chico no-gay. 

Párrafo aparte merece el chico: Sole me lo había tratado de vender como candidato en varias oportunidades. Pero el problemita del señor (además de su obsesión con la prolijidad y de raros gustos metrosexuales, rayando lo gay), era que seguía locamente enamorado de una de las chicas que OH CASUALIDAD! venía viajando con nosotros (a los fines prácticos, la llamaremos de aquí en adelante A). Una historia de años de histeriqueo mutuo que seguía hasta el momento del viaje.

Arrancamos mal desde Buenos Aires, yo sentada en el auto en la parte de atrás, con ellos dos adelante, él tratando de tocarle la rodilla y ella en modo histeria-diva on.

De allí en más, era todo un tire y afloje entre ellos dos, hasta que entré yo en escena. Para qué? No sé! Hacía falta un poco de drama...

Con el pibe fuimos pegando onda, entre tanto tiempo de manejo, rutas, música y mates... Eso se empezó a hacer evidente para todos, incluso para A, quien en esos momentos, desesperada por llamar la atención, incluso lloraba en el asiento de atrás del auto (ahora era YO la que iba sentada en el asiento de acompañante), y una noche se fue a caminar sola por Tafí del Valle y hubo que ir a buscarla... al mejor estilo novela venezolana.

Resulta que el 25 de enero el señor cumplió años, y le organizamos una fiesta en la cabaña que habíamos alquilado. Muy a su pesar, tuvo que soplar las velitas y bailar salsa con todas. 

Después de que todos se fueran a dormir, nos quedamos solos y se acercó, medio que me encaró, me dio un beso y se fue, traumatizado, al patio. A lo que le dije:

"Vos sos un boludooooo"

Y me fui a acostar. Al pedo, porque no dormí nada.

De ahí en más, todo para atrás: las chicas se enojaron conmigo y A, aprovechando la debilidad que el pibe tenía por ella, empezó a tirarle onda sin parar. Y que hizo el señor? Como un perrito faldero, atrás de ella de acá para allá en los 5 días que restaban de viaje.

Y yo, indignada por sentirme una pelotuda, y haber sido solo la excusa para que ellos volvieran juntos, no pude atinar más que a llorar y a salir con cara de orto en el resto de las fotos (si ven las del Valle de la Luna, no se pueden dar cuenta la diferencia entre las piedras y mi expresión facial...)

En fin, una vez de vuelta en Buenos Aires, hicimos una fiesta reencuentro y ahí me entero de que habían retomado una relación en serio. En el cumpleaños de A, dos semanas después de volver de vacaciones, ella lo había presentado a sus amigas (cosa que no había hecho en todo el tiempo anterior) y le daba besitos adelante de todos... parece que en realidad es así, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

Fue ese día que me hizo un click la cabeza, y me di cuenta que, independientemente de cuanta onda hubiera entre nosotros (que de hecho todavía la hay, porque me escribe mails frecuentemente), nunca iba a sacarse a A de la cabeza. 

Salí de ese cumpleaños ultra enojada y me fui de mi amiga Mariel en Caballito. No paraba de putear contra él, contra ella, contra todo! Entonces Mariel me dice:

"Bueno, tranqui. Ahora vamos a Palermo que hay unos amigos de Barbara ingleses, que son re copados, están de vacaciones, uno esta lleno de tatuajes, es re buena onda..."

Muy a contra gusto, enfilamos para Palermo. Y ese mismo 14 de febrero comienza otra historia...