miércoles, 5 de enero de 2011

El amigo

Había una vez una chica que fue a bailar a San Telmo un 20 de julio del 2007 para celebrar el día del amigo, y se hizo un amigo, borracho como ella.

Estaba con las chicas de la facultad y a eso de las 5 de la mañana, cuando los borrachos empiezan a encararse a lo primero que se le cruce, uno me encaró a mi. Pero no pasó nada y terminamos hablando de música y pasándonos los mails antes de irnos.

Al otro día empezamos a chatear (obviamente, él no recordaba mucho quien era yo…) y, después de un tiempo, coincidimos en la cancha de Velez cuando tocaron The Killers. El estaba en el campo y yo en platea, así que nos encontramos a la salida y fuimos a tomar algo y charlamos un montón.

Así fue creciendo una amistad basada en el alcohol, básicamente: una vez se juntó con sus amigos del trabajo en un bar de Reconquista y yo fui con mi amiga y, por un momento, fuimos La Liga de los Super Amigos. Después se mudó a una súper casa por Floresta y nos invitaba a las fiestas, que siempre terminaban con alguno en coma etílico en la pileta del fondo. Pero era divertido y la pasábamos bien.

Voy a hacer una aclaración acá: él tenía su novia y yo tenía mi historia con el bailarín psicótico. Ninguno gustaba de ninguno, y cada uno se contaba sus historias al otro. Pero un día todo se fue al recarajo, como no podía ser de otra manera…

En una de esas fiestas, él estaba zarpado en alcohol y yo estaba borracha, pero no tanto. En un momento, vamos con mi amiga a acostarnos a una cama que había en una de las piezas y viene el flaco y se acuesta entre nosotras y empieza la típica charla de borrachos, que uno nunca recuerda como empieza ya que, por lo general, se dicen boludeces.

Cuando me quiero dar cuenta, mi amiga se había levantado y nos había dejado solos. Y no sé cómo terminamos a los besos. Mal. El, con novia y yo, todavía traumada por el bailarín psicótico.

En un momento reacciono, ya que había dejado a mi pobre y leal amiga tirada por ahí, la agarro y nos vamos. Y una vez que estamos en el bondi, me dice:

“Te dije que esto iba a pasar”

Siempre me lo dijo, pero realmente no pensé que iba a pasar. Y no quiero con esto hacerme la boluda, pero sinceramente no lo vi venir. A uno a veces le resulta difícil darse cuenta de lo obvio…

El flaco me llama al celular  a los 15 minutos de haberme ido y me dice:

“Donde estas?”

“En el bondi”

“Volve”

“No, ya estamos camino a casa”

Y le corto. Todo eso fue un viernes a la madrugada. El domingo recibo un mensaje de texto, que decía algo así como:

“Me siento re mal por lo que pasó, no me acuerdo de nada…Mis amigos me contaron”

Como es que no te acordás y, aún así, te sentís mal? No es contradictorio…?
No sería esta ni la primera ni la última vez que un hombre me salta con esta frase que, se sabe, no tiene otra finalidad que hacerse el boludo y lavar sus culpas. A los 33 años, como tenía en ese momento, no tenés los huevos para admitir un error? Tampoco estamos hablando del accidente nuclear de Chernobil…

Terminamos hablando por teléfono y le dije, tal cual, que estaba todo bien, que había sido un error de parte de los dos, pero que no me viniera con eso de que no se acordaba lo que había pasado y que sus amigos le contaron... Y me perjuraba que no se acordaba! Y que lo perdonara, ya que había arruinado la amistad.

Obviamente, la amistad se cortó ahí y nunca más supe de él, aunque mi amiga lo vio en un recital y en un boliche, con la novia…

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