viernes, 8 de abril de 2011

El segundo niño, la revancha (parte I)

Todo vuelve en la vida, y todos se merecen una segunda oportunidad. Lo creo firmemente, todos tienen el beneficio de la duda la primera vez, por ejemplo: hizo lo que hizo porque estaba borracho o porque es un pelotudo, independientemente del alcohol en sangre? Y bue, veamos que pasa la segunda vez…

El segundo niño volvió a irrumpir en mi vida. Yo ya no iba más a clases de rock, pero ocasionalmente nos juntábamos con el grupo reducido que había quedado de aquellos días de gloria.

La cosa es que creo que empezó a hablarme por MSN él, boludeces seguramente. Y yo contestaba amablemente. Y entonces un día le comenté que iba a empezar clases en otro lugar, y se enganchó en las clases los sábados a la tarde. Fuimos dos o tres sábados y después arreglamos para ir a una fiesta de Rock en el Hotel Bauen.

Yo, sinceramente, no sabía muy bien cómo manejar la situación, dado lo que había pasado entre nosotros. Pensé que, habiendo pasado tres años, el niño lo había superado y se comportaría como un adulto. Error.

Fuimos a la fiesta, bailamos bastante y en un momento estábamos sentados charlando y no sé qué boludez digo y me tira la mano arriba de la rodilla. Hizo lo que con mis amigas conocemos como un piernis. Y ahí me di cuenta que tenía que irme. Así que al rato digo:

“Bueno, che, yo me voy yendo”

“Espera que nos vamos juntos…”

Salimos a Corrientes y yo tengo que ir para el lado de San Telmo y él para Caballito, así que le digo:

“Bueno… nos vemos eh!”

Pero sigue caminando al lado mío, como si la marea hubiera arrastrado su casa a mi barrio. Y a la cuadra insisto en romper la caminatita, y cuando intento saludarlo me tira para el besito de novios. Y ahí le doy vuelta la cara, nuevamente, y le digo

“Ahhhh yo sabía que esto iba a pasar!”

“Jajaja”

De que se reía, no sé.

“De qué te reís?”

“Nada, de vos, te pones nerviosa”

“Y si, o sea, ya pasaron 3 años, qué, no aprendiste nada?”

“Si, pero esto me divierte”

Un sádico.

Y de Corrientes a Callao al Obelisco tratando de disuadirlo de que no valía la pena volver a intentar esto, sabiendo que ya había fracasado. Que se busque a alguien de su edad, que yo me aburro rápido de las cosas y que no me gustan los chicos buenos como él. Y él, haciéndose el gracioso y riéndose todo el camino. No había manera de hacerlo entrar en razón, por más que le dijera que tenía lepra y ladilla.

Así que tuve que tomar medidas drásticas y besármelo, no tuve más remedio. Y para ver si se curaba de su estupidez, le dije que se quedara a dormir en mi casa…

Lo más gracioso fue que cuando llegamos le dije, con cara seria y todo:

“Mira, yo no estoy lista para que hoy pase nada…”

Estaba depilada, no estaba indispuesta, vivía sola y tenía un sommier de dos plazas a estrenar en mi pieza… por qué razón no iba a estar preparada??? Tengo 28 años, no 13!!

Así que cuando nos acostamos, prácticamente lo violé. Una histérica, lo sé.

Y bueno, al otro día nos levantamos y parecía que estaba todo bien. Solo era cuestión de ver cuánto duraba esta vez…

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