lunes, 21 de marzo de 2011

El ex compañero de laburo (parte II)

Seguimos en contacto para ver la famosa película ganadora del Oscar, así que dos semanas después nos volvimos a encontrar. Yo estaba esperando que me llame para ver si íbamos o no a la función de las 22:10, y recién me manda un mensaje a las ocho y media diciendo:

“Che, recién llego a lo de un amigo en Facultad de Medicina. Querés venir para acá o querés que nos encontremos allá?”

Como recién llegaba a mi casa del curso de cine, y me estaba avisando con dos segundos de anticipación que si íbamos al cine, le dije que mejor nos encontrábamos en la puerta del cine.
Llego, me paro en la puerta. 10, 10 y 5, 10 y 10 y no lo veo.

“Mierda, me dejó plantada” pensé. En una sale de adentro y dice:

“Eh, L! Te estaba esperando”

“Ahhh, que hacés?”

“Veni, ya te saqué la entrada…”

“Ahh buenísimo”

Entramos tarde ya, y entonces el señor que te corta la entrada nos dice que la peli ya empezó. Me dispongo a subir rápido, cuando me frena el impulso y me dice:

“Espera que mi amigo está en el baño”

“Ah, OK”

Te trajiste a un guardaespalda porque tenías miedo que te viole? O es tu chaperona? Tu amigo, en serio me decís…? Está bien que tengo pelo corto, pero no soy un pibe más… así que si te falta uno que juegue de delantero en el partido el sábado a la tarde, a mí no me llames!

No me quiero imaginar mi cara cuando me dijo que estaba el amigo en el baño, porque creo que habrá sido terrible, por más que haya tratado de disimular. Lo bueno (si se toma el concepto del Ying Yang que en todo lo malo siempre hay algo bueno… y siendo 110% optimista), es que al amigo en cuestión lo conocía porque había también trabajado un tiempito con este flaco, años luz atrás. Así que pude esbozar algo así como:

“Cheeeeee, como andas, tanto tiempo?”

La cosa es que entramos los 3 corriendo, nos sentamos con la película empezada, salimos y no interactuamos en absoluto. Me tomé un taxi y me fui a mi casa. Más divertido y menos traumático, me quedaba en mi casa mirando a Sofovich cortando manzanas y pesándolas.

Entendí el concepto de que obviamente, me veía como a un pibe más y que no le gustaba. Estaba bastante segura de eso. Aunque también pensé que si estaba con el amigo, tampoco estaba bien que lo dejara para salir corriendo y venir al cine conmigo… después de todo, solo íbamos al cine.

Así que como a todo en mi vida, le di una segunda oportunidad solamente para que me demostrara que no era necesaria esa segunda oportunidad… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario